sábado, septiembre 12, 2009

Meditacion Zen


Introducción al Zen
El zen es un camino y concepción de la vida que no pertenece a ninguna de las categorías formales del pensamiento occidental moderno. No es una religión ni una filosofía; no es una psicología o cierto tipo de ciencia. Es un ejemplo de lo que en la India y en la China se conoce como un "camino de liberación", y en este sentido es similar al Taoísmo, al Vedanta y al Yoga.
No es posible definir positivamente un camino de liberación. Hay que sugerirlo diciendo lo que no es, más o menos como el escultor revela la figura quitando partes de la piedra.
Históricamente puede considerarse que el Zen es la coronación de largas tradiciones de cultura india y china, aunque en realidad es mucho más chino que indio, y, desde el siglo XII, ha arraigado con mucha profundidad y espíritu creador en la cultura del Japón. Como fruto de estas grandes culturas, y como ejemplo único y peculiarmente instructivo de camino de liberación, el Zen es una de los más importantes aportes de Asia al mundo.


Origen del Zen

Durante los siglos que sucedieron a la desaparición de Sakiamuni Buda, el Budismo se extendió por toda India y el sudeste asiático. Pronto surgieron divergencias entre distintas maneras de interpretar las enseñanzas originales del Maestro. Se crearon diversas escuelas y se desarrolló una compleja exégesis sobre el sentido real de lo enseñado por el Buda. Esto produjo una cierta confusión en el mundo budista primitivo. Ante esta confusión, grupos cada vez más numerosos de maestros y monjes budistas decidieron retirarse a las montañas y a los bosques para dedicarse exclusivamente a la práctica de la meditación enseñada por el Buda. Así, de manera poco organizada, fue naciendo la llamada Escuela de Dhyana. Dhyana es un término sánscrito que significa "absorción de la mente" y designa el estado de conciencia propio de la meditación budista. Dhyana se convirtió en Ch'an na, en chino. Más tarde la expresión quedaría abreviada en Ch'an. Zen es la transcripción fonética al japonés del término chino Ch'an.
La enseñanza del budismo zen no está basada en las escrituras, sino que es transmitida de corazón a corazón, de maestro a discípulo, a través de la realización de la propia naturaleza original que tiene lugar gracias a la práctica de la meditación zen




Breve historia del Budismo Zen.*

El Zen en India.
La historia del Zen comienza en la India. En la época del Buda, el yoga en tanto que práctica de concentración del espíritu estaba ampliamente extendido. En su naturaleza, el yoga va destinado a concentrar el espíritu en un solo punto: la realización de la serenidad a través de la meditación en posición sedente. En realidad, los métodos del yoga se reducían en esta época a privaciones de alimento, ayunos, a ciertos votos como por ejemplo permanecer largo tiempo de pie sobre una sola pierna. A través de esta ascesis y de toda una serie de ejercicios, el yogui se entrenaba a la indiferencia ante los estímulos del exterior y al control del menor movimiento de su propio espíritu.
El Buda practicó este yoga durante doce años desde el momento en el que decidió renunciar al mundo. Visitó a los santos y se entrevistó con grandes eruditos, recorriendo los cuatro rincones del país. Pero, en definitiva, el Buda no consiguió a través del Yoga encontrar respuesta a dos preguntas esenciales: ¿ Qué es el hombre? ¿Cómo debe vivir el hombre?
Buda abandonó el ascetismo, se sentó tranquilamente, cruzó las piernas y controló su respiración. Durante el amanecer del octavo día de Zazen alcanzo un nivel superior de conciencia al ver el resplandor de una estrella. Se convirtió en Buda, aquel que se ha iluminado, el que se ha despertado. Buda encontró su verdadera naturaleza en el universo y una regla de existencia para todos los hombres.

El Zen en China
El Zen fue introducido en China por Bodhidharma. Bodhidharma representaba la vigésimo octava generación de discípulos del Buda. China estaba dividida en esta época en estados rivales. El desorden reinaba por todas partes debido al desgarro que producía la lucha por el poder. El país se encontraba sometido a los tiranos y ensangrentado por las rebeliones. La dinastía de los Liang reinaba sobre uno de los estados de la antigua China. El emperador Wu-Ti, jefe de esta dinastía, budista ardiente, oyó hablar de Bodhidharma y le recibió en su palacio. A la pregunta de Wu-Ti: ¿Cuál es el principio fundamental del Budismo? Bodhidharma respondió: Un vacío inmenso. Un cielo claro. Un cielo en el que no se distinguen los iluminados de los ignorantes. El mundo mismo tal y como es. Wu-Ti, a pesar de que era un budista ferviente, no comprendió el mensaje de Bodhidharma y este ultimo supo que la hora de difundir el Zen en China no había llegado aun, por lo cual cruzó el río Yang-Tse y se retiro en las montañas septentrionales, en el Templo Shorin. Allí practicó Zazen frente a un muro durante nueve años, algunos afirman que sin interrupción.
El Zen se extendería rápidamente por China seis generaciones después, gracias a Eno (Huei-Neng) considerado como uno de los más grandes Patriarcas del Zen Chino. A partir de Eno nació una flor con cinco pétalos. Esta frase Zen quiere decir que el Zen se abrió como una flor de cinco pétalos y se extendió por todo el país a través de las cinco escuelas que surgieron del linaje del Maestro Eno. Estas escuelas fueron Igyo, Hongen, Soto, Unmon, Rinzai. Por las montañas y los bosques de China se comenzaron a construir millares de Templos en los que vivían miles de personas entregadas al estudio y a la practica del Dharma del Buda. Con el tiempo, el Zen impregnaría la civilización china elevando su pensamiento, cultura y arte de vivir a cotas sublimes.
De estas cinco escuelas chinas, sólo tres llegaron a Japón: Soto, Rinzai y Obaku (esta ultima es considerada como una rama de la escuela Rinzai)


Cuentos Zen

Camino embarrado
Tanzán y Ekidô andaban juntos cierta vez por un camino embarrado. Seguía lloviendo intensamente.
Al llegar a un recodo, vieron a una hermosa joven, con kimono de seda y ceñidor, que no se animaba a intentar el cruce.
-Vamos niña -dijo Tanzán al punto y, levantándola, la llevó en brazos a través del lodo.
Ekidô guardó silencio hasta la noche, cuando llegaron a un templo en que alojarse. Entonces ya no pudo contenerse:
-Los monjes -dijo a Tanzán- no nos acercamos a las mujeres, sobre todo sin son jóvenes y agraciadas. Es peligroso. ¿por qué has hecho eso?
-Yo he dejado allá a la muchacha -repuso Tanzán-. ¿Tu todavía la traes contigo?

Irascible
Un estudiante del Zen acudió a Bankéi y le planteó su problema: -Maestro, tengo una irascibilidad ingobernable. ¿Cómo puedo curármela?
Tienes una cosa muy extraña -respondió Bankéi-. Quisiera verla.
-Ahora mismo no puedo mostrársela- repuso el otro.
-¿Y cuándo me la puedes mostrar? -preguntó Bankéi.
-Me viene de improviso- explicó el estudiante.
-Entonces -concluyó Bankéi- no ha de ser de tu propia y verdadera naturaleza. si lo fuera, podrías mostrármela en cualquier momento. Cuando naciste, no la tenías; y tus padres no te la dieron. Piénsalo bien.

Curación
A una persona muy afligida que había acudido a él en busca de ayuda le preguntó el Maestro: "¿Deseas realmente ser curado?"
"¿Me habría molestado en acudir a ti si no lo deseara?"
"¿Y por qué no? La mayoria de la gente lo hace".
"Entonces, ¿Para qué vienen?"
"No precisamente buscando la curación, que es dolorosa, sino buscando alivio".
Y a sus discípulos les dijo el Maestro: "Las personas que desean curarse con tal que puedan hacerlo sin dolor son como los que están a favor del progreso con tal de que éste no suponga para ellos cambio alguno".

Soberanía
Los discípulos buscaban la Iluminación, pero no sabían en que consistía ni cómo podía llegarse a ella.
El Maestro les dijo: "No puede ser conquistada. No podéis apoderaros de ella".
Pero, al ver el abatimiento de los discípulos, el Maestro añadió: "No os aflijáis tampoco podéis perderla".
Y esta es la fecha en que los discípulos andan buscando lo que ni puede ser perdido ni puede ser adquirido.

Proverbio Zen
Un día de viento dos monjes discutían sobre un árbol.
El primero decía: "Te digo que lo que se mueve es el árbol no el viento". El segundo decía: "Y yo te digo que lo que se mueve es el viento no el árbol"
Un tercer monje paso por allí y dijo: "No se mueve el viento y tampoco el árbol. Son vuestras mentes las que se mueven".




En Anauel Todoarte meditamos los viernes de 20:30 a 21:45



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